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Para la quinta entrega de la serie y su primera como director, a Shatner se le ocurrió la idea de que la tripulación del nuevo Enterprise se encontrara nada menos que con Dios, guiados por una especie de santón vulcano, Sybok, quien comandaba la nave hacia el creador. "Tomé el arquetipo del telepredicador y cree un hombre santo que pensaba que Dios le había hablado", explicó Shatner. "Creía que Dios le había dicho: "Necesito muchos fieles, y necesito un vehículo para difundir mi palabra por el universo". Ese vehículo que necesitaba se convirtió en una nave estelar que el santón capturaría cuando llegara el momento de rescatar a algunos rehenes que había tomado".